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- Desde que el Movimiento Semilla, según los resultados oficiales del Tribunal Supremo Electoral, pasó a segunda vuelta, circulan muchas acusaciones relacionadas con su ideología política.
- Integrantes de la agrupación política se han pronunciado al respecto y han aclarado: No se identifican con el sistema comunista.
- A criterio de la politóloga Marielos Chang este tipo de desinformaciones se viralizan debido a la huella que dejó la guerra fría en Latinoamérica.
Los resultados de las Elecciones Generales del pasado 25 de junio, ya fueron oficializados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), y colocaron Bernardo Arévalo, candidato del Movimiento Semilla, en la segunda vuelta presidencial junto a Sandra Torres, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE).
Desde entonces circulan en redes sociales contenidos sobre la supuesta ideología del partido de Arévalo en un tono atemorizante. Una lectora de La linterna nos consultó si estos señalamientos son verdaderos y en este texto lo explicamos.
Una consulta directa al chat de La linterna (W.A. 502 47011822) es sobre si Arévalo, el presidenciable, es comunista.
Consultamos a Andrea María Reyes Zeceña, fiscal de Semilla y diputada electa por ese partido, quien explica que la ideología de su agrupación es “progresista socialdemócrata” y que la iniciativa de “partido único”, en referencia a los sistemas políticos de países como China, Corea del Norte o Cuba, no está planteada en la constitución de ese partido político.
Reyes añade que un régimen comunista aboliría la propiedad privada y el derecho a la libre empresa, “pero Semilla es pro empresa. Queremos más empresas y le apostamos a que todas las personas puedan emprender de forma digna y con seguridad económica. Para eso trabajaremos en el apoyo a pequeños y medianos empresarios para la creación de empresas”.
En una entrevista en el programa ConCriterio, el candidato, Bernardo Arévalo, se refirió a la propiedad privada en los siguientes términos: “La posición sobre la propiedad privada es que vamos a respetarla y a todas las formas de propiedad individual y colectiva que sean efectivamente comprobadas y establecidas”.
En el mismo sentido, Samuel Pérez, diputado reelecto, ratificó que el partido no es de esa ideología radical. “No es un partido de izquierda comunista, pero los adversarios lo mencionan mucho: cuando hay partidos que cuestionan a los poderosos o a los criminales lo que hacen es decir que se es comunista”, respondió en una entrevista que publicó en sus redes sociales.
¿Qué es la socialdemocracia? En la Enciclopedia de la política, el expresidente y político ecuatoriano Rodrigo Borja explica que, a diferencia de la socialdemocracia extendida en Europa, en los países del “tercer mundo” se defiende el sistema de economía de mercado a condición de que se logre la libre competencia.
Borja agrega que la socialdemocracia “sostiene un orden económico mixto en el que tienen cabida tanto los mecanismos del mercado como la planificación estatal, la propiedad privada con el control social y las decisiones centrales con las descentralizadas, para alcanzar las metas de su política económica”. Además, que su doctrina flexible permite replantear con frecuencia los objetivos humanos del desarrollo económico.
Un sistema comunista
En 1997, Borja publicó su Enciclopedia de la política, un libro en el que recopila conceptos como el comunismo y la socialdemocracia, entre otros.
Borja cita un texto de Joseph Stalin de 1927 en el que explica algunas características del sistema comunista, entre ellas que no habrá ninguna propiedad privada de los instrumentos y medios de producción sino propiedad únicamente comunitaria y colectiva; no habrá clases ni poder estatal sino productores de la industria y de la agricultura “que se autoadministrarán económicamente como una libre asociación de trabajadores”.
Además, en un régimen comunista no hay ninguna oposición entre ciudad y campo o entre industria y agricultura; y existe una distribución de los productos según los principios de los antiguos comunistas franceses: a cada uno, según sus capacidades; a cada uno, según sus necesidades, entre otros, asegura Borja.
Comunismo y socialdemocracia
La politóloga Marielos Chang explica que hay diferencias muy marcadas entre el comunismo y la socialdemocracia. En primer lugar, explica que el comunismo es, a su vez, un sistema de gobierno y una ideología.
“El comunismo busca concentrar todos los bienes y todos los medios de producción en el Estado. Hablamos de un Estado totalitario que busca tener control de todas las instituciones, que no tiene democracia porque existe un partido único (el comunista), que representa los intereses de la sociedad y que hace la distribución de los recursos del Estado hacia toda la población”, explica.
En la socialdemocracia, en cambio, la prensa tiene independencia y las instituciones tienen autonomía, señala Chang. “Hay instituciones que funcionan como frenos y contrapesos para evitar el control autoritario de una sola facción del gobierno”.
“Cuando hay socialdemocracia entran a jugar valores republicanos que permiten la desconcentración del poder. En la europea el Estado tiene un rol benefactor: trata a partir de ingreso de impuestos, generar políticas públicas que consideran necesarios para tener una vida digna”, señala Chang.
Los antecedentes de Semilla en el Congreso y la tensión con el CACIF
En la actual legislatura Semilla propuso tres iniciativas de ley en materia de economía: una es la iniciativa 6002, Ley de Farmacias Públicas, que busca, según el resumen legislativo de la bancada, crear una empresa “que competirá en el mercado nacional para garantizar el abastecimiento de medicamentos” y otros insumos a precios más bajos.
Propuso la iniciativa 6003 para reformar la Ley Orgánica de la Empresa Portuaria Nacional “Santo Tomás de Castilla” y que este importante puerto marítico tenga una mayor competitividad en Centroamérica.
También presentaron la iniciativa Ley de acceso a internet gratuito para la educación e información pública, que es la única que tiene dictamen favorable.
Semilla impulsó una agenda que pudiera afectar al sector empresarial organizado. En octubre de 2022 propuso la iniciativa “Ley para la libertad de empresas” que podría reducir privilegios al Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF) reduciendo la integración de las Juntas Directivas del Estado en las que tiene representación.
En la actualidad, la participación del CACIF en distintas dependencias del Estado le otorga información privilegiada y poder de decisión en sectores como la salud,
préstamos para construcción, tipo de cambio, salarios, adquisición de medicamentos, comercio, importaciones, exportaciones, entre muchos otros.
Este reportaje de Plaza Pública registra cómo desde el gobierno de Álvaro Arzú a la fecha, el número de instancias en las que el sector empresarial tiene representación aumentaron considerablemente.
Representaciones para mantener beneficios
Luis Linares, analista económico y exministro de Trabajo, explica que el aumento de sillas de representación para el sector empresarial en las instancias del Estado es directamente proporcional a sus vínculos con los gobiernos de turno.
Cita un estudio que el Banco Interamericano de Desarrollo publicó en 2006 en el que señala que el sector empresarial influye en la formulación de políticas en toda América Latina, “pero en ningún lugar tanto como en Guatemala”. “Este es un problema de equilibrio en la orientación de las actividades del Estado porque favorece a un sector”, subraya.
“Llegó el momento de sacar al CACIF del Estado. La organización empresarial es financiada con impuestos y retorciendo la ley tiene presencia en más de 150 Juntas Directivas del Estado, en donde sus representantes cobran dietas pagadas por el pueblo”, dijo el diputado Samuel Pérez para explicar la iniciativa.
Agregó que el CACIF tiene representantes en la Junta Monetaria, en el IGSS, CHN, Intecap, Covial, FHA, entre otras instancias, y que esas representaciones le otorgan poder porque desde ahí “toman decisiones para proteger a todo su gremio”.
La diputada electa Reyes Zeceña argumenta que la presentación de la citada propuesta no implica que el partido esté en contra de las empresas: “El lema es más empresas, menos CACIF. Buscamos más fluctuación de fondos y menos privilegios fiscales y abuso de autoridad”.
A criterio de Linares, la presencia del sector empresarial en las instituciones del Estado carece de equilibrio en cuanto a que no se da participación a grupos de interés, como los trabajadores o las cooperativas, en temas específicos.
“Creo que debe haber equilibrio en la participación porque si no se pierde un principio de autonomía del Estado, y debe tener la capacidad de conciliar esos intereses”, señala el analista.
Lo que planifica sobre libre mercado
En su plan de Gobierno, Semilla propone impulsar dos iniciativas en materia económica: La Ley de Competencia y la Ley General de Inversiones.
La primera, detalla el plan, busca incrementar la eficiencia económica, proporcionar el acceso a fondos de producción, eliminar la burocracia y fomentar gobierno electrónico, entre otros. La segunda, promover las inversiones públicas y privadas, guatemaltecas y extranjeras de micro, pequeñas, medianas y grandes empresas, ya sean rurales o urbanas, incluyendo a sectores como la industria creativa, la biotecnología, el turismo, entre otros.
Roberto Wagner, experto en Relaciones Internacionales y catedrático universitario, explica que ni el Plan de Gobierno de Semilla ni las acciones legislativas planteadas por su bancada coinciden con el comunismo. “Sí, puedo detectarlos en la izquierda, si hay una visión de desarrollismo económico bastante marcada, pero no lo veo con la noción de que sean comunistas”.
“Vemos una figura más fuerte del Estado en el papel económico y en el papel social, pero no vemos que tome en cuenta una planificación central del Gobierno en todo lo económico y social, que sería una característica más del comunismo”, indica Wagner.
El entrevistado ve separación entre la propuesta socialdemócrata de Semilla y el comunismo que les es endilgado, ya que el partido plantea un plan “desarrollista” consistente en el fortalecimiento de la presencia del Estado en aspectos económicos y sociales, pero “no desde una perspectiva totalitaria”.
El fantasma del comunismo, una revisión histórica
Eric Castillo, analista del Instituto 25A, observa que en la intención de difundir información falsa sobre el tema ideológico también hay discurso de odio: “No se sabe qué realmente es el comunismo, pero es un tema que genera rechazo y estigma”, subraya.
A criterio de Castillo, el tema del comunismo se saca porque forma parte de un miedo generado en quienes vivieron la guerra fría y el conflicto armado interno en Guatemala y desde ahí se trasmite a las próximas generaciones.
“Lo que mueve estos discursos en redes sociales es el morbo. Son temas con los que se puede muy fácilmente generar desinformación porque solemos creer todo lo que vemos en las redes sociales, donde no tenemos la capacidad o las herramientas para saber si es desinformación”, concluye el analista.
Marielos Chang coincide con Castillo en que la huella que dejó la guerra fría en Latinoamérica y, específicamente, en Guatemala con la intervención de Estados Unidos en el derrocamiento del presidente Jacobo Árbenz en 1953.
“No hemos salido de esa etapa que busca repetir esos ciclos históricos, porque tenemos una democracia débil que es controlada por un grupo pequeño que no nos deja salir de una economía feudalista”, concluye Chang.
La linterna es un proyecto contra la desinformación en las Elecciones Generales 2023 en Guatemala. Hace verificación del discurso público y detección de bulos. Es coordinado por Ocote con la participación de ConCriterio, elPeriódico, No-Ficción y Ojoconmipisto y es financiado por Capir.